La creación de los personajes es un punto fundamental en la construcción de una novela o un relato. Debemos conocerlos en profundidad, saber cuál es su forma de ser y poder imaginar cómo reaccionarían en momentos normales y en momentos extremos. Pedro Carrero (2009: 326) señala algunas características que han de tener los personajes:
La primera cualidad que debe tener un personaje es que sea convincente. No estoy hablando de real, pues el relato puede no serlo, por situarse en un mundo fantástico. Un personaje resulta convincente cuando está bien trazado, y está bien trazado cuando sus acciones, sus declaraciones y sus pensamientos […] guardan una relación lógica y consecuente con el desarrollo del relato.
Un ejercicio que nos parece muy acertado para conseguir todo esto es el que propone Julia Barella en su libro La magia de las palabras (2015: 219). Se trata de responder a esta serie de preguntas pensando en los personajes que van a poblar nuestros escritos:
– ¿Dónde ha nacido?
– ¿Qué tipo de familia ha tenido?
– ¿Qué relación mantenía con sus padres?
– ¿Qué libros leía de pequeño?
– ¿Cómo es físicamente?
– ¿Siempre ha sido igual o ha cambiado mucho con los años?
– ¿Cómo son sus ojos?
– ¿Está casado? Y si es así, ¿con quién?
– ¿Sus viajes son largos o cortos?
– ¿Cómo va vestido?
– ¿Qué le gusta comer?
– ¿Qué música escucha?
– ¿Baila? ¿Qué?
– ¿Es una persona apasionada?
– ¿Qué busca en la vida? ¿Qué desea?
– ¿La gente le quiere?
– ¿Es melancólico o risueño?
– ¿En qué trabaja?
– ¿Cómo se gana la vida?
– ¿Cómo acabará su vida?
Las respuestas a todas estas preguntas nos van a permitir conocer cómo es el personaje por dentro y cómo es por fuera. Además, pueden ayudar a configurar la trama. Cuanto mejor conozcamos al personaje, más facilidades tendremos para desarrollar la historia que queremos contar.
Bibliografía:
Barella, J. (2015), La magia de las palabras. Madrid: Universidad de Alcalá.
Carrero Eras, P. (2009), El arte de narrar. Valencia: Tirant lo Blanch.