Mjuy estimada Marta: acabo de finalizar la lectura de su aporte al libro sobre Alejandra Pizarnik y no puedo dejar de escribirle para decirle que, en mi opinión, es un hermoso y hondo texto que Alejandra (yo la llamaba Sasha) se merece. Soy médico psicoanalista y vivo en España desde 1976 pero dirigí en Buenos Aires una revista literaria, El grillo de papel, de bastante repercusión en aquellos años. Sasha colaboraba en nuestra revista y nos veíamos semanalmente. Sólo decirle esto; ojalá todo/as leyeran a Sasha como la lee usted. Mi afecto y reconocimiento.
Mjuy estimada Marta: acabo de finalizar la lectura de su aporte al libro sobre Alejandra Pizarnik y no puedo dejar de escribirle para decirle que, en mi opinión, es un hermoso y hondo texto que Alejandra (yo la llamaba Sasha) se merece. Soy médico psicoanalista y vivo en España desde 1976 pero dirigí en Buenos Aires una revista literaria, El grillo de papel, de bastante repercusión en aquellos años. Sasha colaboraba en nuestra revista y nos veíamos semanalmente. Sólo decirle esto; ojalá todo/as leyeran a Sasha como la lee usted. Mi afecto y reconocimiento.